martes, 6 de noviembre de 2007

Reconversión Monetaria en Venezuela

¿Como afecta la Reconversión Monetaria a la Economía Venezolana?

Para tratar de volver a aquella Venezuela de los años 70, donde indicadores como la inflación, la tasa de cambio y el valor real de la moneda se encontraban estables, el Gobierno Nacional apuesta a una reconversión monetaria que en teoría debería ayudar a poner orden en la economía nacional, proponiendo a la misma para reducir el número de billetes por persona. Sin embargo, una reconversión no es necesaria para lograr este objetivo, la misma cantidad de efectivo puede expresarse con menos piezas (billetes y monedas). Por ello el BCV podía reducir el número de piezas necesarias emitiendo el billete de Bs. 100.000, desmonetizando las monedas de Bs. 10 y 20 y sustituyendo progresivamente por monedas los billetes de Bs. 1000, 2000 y 5000.
Por otra parte, esta medida busca reducir la inflación y rescatar el valor de la moneda nacional, que pasará a llamarse bolívar fuerte. No obstante, analistas económicos consideran que no es el mejor momento para ponerlo en práctica, puesto que han estudiado fenómenos similares de reconversión monetaria en otros países que adoptaron dicho esquema y lograron alcanzar tasas de inflación menores pero a mediano y a largo plazo, debido que por si sola es ineficaz para reducir la inflación en el corto plazo, teniendo éxito sólo en tres de los 14 casos analizados (Argentina en 1985 y Brasil en 1986 y 1990) y fracasó de lleno en otros cinco (Argentina en 1980 y 1973, Brasil en 1989 y 1993 y Perú en 1985), Porque las reformas se presentaron como medidas aisladas y no eran parte de planes integrales de estabilización para combatir la indisciplina fiscal y monetaria.

En el caso venezolano no hay certeza que su aplicación vaya a mejorar realmente el poder adquisitivo debido al excesivo gasto público y al desorden de las finanzas internas que caracterizan a la economía venezolana. Es Por esto la advertencia que más allá del efecto psicológico que causara una percepción engañosa o falsa impresión de tener mayor poder adquisitivo, que luego terminaría en frustración, y esto es peligroso para la sociedad”. Ya que se pudiese derivar un repunte inflacionario de entrada, desabastecimiento y hasta una posible devaluación.
Esta medida no detendrá la inflación, los precios se verán pequeños –lo que costaba mil bolívares costará uno- también los ingresos sufrirán el mismo proceso –quien ganaba un millón ganará mil; de la misma forma en que bajarán los precios se reducirá el salario. Todo va a costar menos, pero la gente también va a ganar menos, será la misma situación, pero con tres ceros menos y quedará todo igual, generando en la población la sensación de que no hay inflación.
Nada más con la reexpresión de los precios en bolívares fuertes ya ocurrió una inflación importante, porque los precios empezaron a redondearse hacia arriba y esto se refleja en la inflación.

El gobierno venezolano esta implementando un conjunto de estrategias para lograr que la inflación disminuya, tales como la ejecución de la rebaja del 5% al Impuesto al Valor Agregado (IVA) medida que entró en vigencia el 1º de julio del presente año, así como la emisión de bonos para disminuir la liquidez, el control de precios de los productos de la canasta alimentaria, la regulación de costos de los servicios públicos y la agilización en la entrega de divisas por parte del Banco Central de Venezuela.

La reconversión debe ser acompañada además de lo anterior por una disciplina fiscal por parte del gobierno, en otras palabras, reducir el gasto público, “aspecto que vemos difícil de realizar por parte de un régimen que se alimenta de asistencialismo” (Teódulo López Meléndez)


Comentarios

Gastón Parra Luzardo, presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), ha manifestado que el organismo que representa, garantiza que la reconversión no alterará el valor relativo de los ingresos, gastos, bienes o deudas, cualquiera que sea su naturaleza, por lo que “todo monto expresado antes del 1º de enero de 2008 será equivalente al importe monetario expresado en bolívares fuertes”. Además resaltó que el proceso de conversión del bolívar será absolutamente gratuito para el consumidor y usuario, quienes quedarán exentos de pagar por gastos, comisiones y honorarios en esta materia.
Rodrigo Cabezas, actual titular del Ministerio del Poder Popular para las Finanzas, refiere que uno de los objetivos es alcanzar a mediano plazo una inflación de un dígito y hacer que el nuevo bolívar mantenga su valor en el tiempo. A su juicio, todos los indicadores de la economía muestran que el país está en condiciones de abordar una reforma monetaria que permita dar “el zarpazo definitivo a la inflación”.

Domingo Maza Zavala, ex director del Banco Central de Venezuela:
“De no adelantarse medidas para el control de la inflación, de nada vale que se emita una nueva moneda, por lo que cree necesario realizar un conjunto de medidas y de políticas tendentes a corregir los factores de la inflación. Recuerda también que no sólo se tendrán que cambiar casi todos los sistemas de pagos, de precios, de deuda y de contratos, sino que además hay que cambiar la legislación para darle soporte a este proceso”.


Ronald Balza, profesor del Centro de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB
“No cree que sea cierto que la eliminación de tres ceros reduzca el número de billetes por persona y, por lo tanto, los costos del BCV, debido a que no sólo todos los billetes y monedas que actualmente se encuentran en circulación se perderán --incluyendo las recientes monedas de mil bolívares--, sino que éstos deberán ser sustituidos por nuevas unidades cuya vida útil dependerá no de sus materiales de elaboración, sino de las “políticas inflacionarias” del Gobierno”.Es lamentable que las autoridades económicas no se hayan tomado el tiempo que requiere la adopción de una medida tan delicada como una reconversión monetaria y hayan optado por el atajo más corto pero más peligroso para procurar contener una inflación que sus propias políticas han propiciado en virtud de un gasto fiscal desproporcionado y una política monetaria orientada más a asegurarle el financiamiento monetario del Gobierno que a estabilizar los precios.